Nunca había viajado en moto antes, de hecho en la vida había montado sobre una. Pero esos eran detalles menores. Nada de eso iba a detenerla. Para que nos hagamos a la idea, en una entrevista posterior a la hazaña, la preguntaron:
¿Qué experiencia tenía usted antes de iniciar el viaje alrededor del mundo?
Unas 380 millas para ser exactos. Puede no parecer mucho, pero fue suficiente para comprender cómo utilizar el acelerador y los frenos. Cuando decidí viajar por el mundo, mi carné de conducir tenía 7 meses de antigüedad.Lo que he aprendido en la carretera, es más valioso que lo que he aprendido en la universidad.
Cinco meses más tarde salió de su casa a lomos de una BMW F650, y regreso cinco años y medio después, haciendo la friolera de 190000 kilómetros, visitando 75 países, 7 continentes e ingresando en el Libro Guiness.
Su historia es un ejemplo de que cualquier persona con una determinación de acero y una ética de trabajo saludable puede alcanzar las metas que establecen para sí mismos.
Esta aldeana eslovena, inicio su viaje en Junio de 1997, era la primera vez que pilotaba una moto en carretera abierta y su experiencia como conductor la obtuvo de las clases que realizó en una autoescuela meses antes.
Benka Pulko quería conocer gente, descubrir nuevos lugares, aprender de los lugares por los que iba pasando y sobre todo viajar y vivir la experiencia, por eso fue capaz de tomar tan drástica decisión.
En el 2002, después de 2000 días y 112,000 millas llegó el final de su viaje, lo cual le convirtió en la primera mujer en solitario en recorrer todos los continentes. Benka también marcó dos nuevos Record Guinness, el viaje más largo jamás emprendido por una mujer, tanto en el tiempo como en la cantidad de km. recorridos.
En una de las entrevistas concedidas a la prensa local y tras la pregunta de que había aprendido en este viaje, Benka Pulko fue clara y contundente en sus declaraciones :
“Yo ahora ya no acepto la palabra “imposible” o el “no se puede hacer”, como respuestas válidas. Yo soy mucho más exigente como persona, y he aprendido a aprovechar al máximo el tiempo disponible.
Odio los desperdicios de cualquier tipo: recursos, tiempo, energía, dinero y posibilidades. Mi visión del mundo cambió también. Veo el mundo como un lugar más amable, humano y maravilloso, estoy segura de que todavia estamos a tiempo de hacer un lugar aún mejor, con más entendimiento y menos paranoia”.
